martes, 6 de mayo de 2014

AVISHAI COHEN contrabajo





«El siglo XXI tiende a una música sin etiquetas»



Santiago de Compostela y Madrid fueron las citas con Avishai Cohen y su trío en su gira por España el pasado mes dentro del Ciclo 1906 de Jazz. El contrabajista israelí, acompañado del pianista Nitai Hershkovits y  el batería Daniel Dor, repasó temas de sus discos recientes y dejó alguna pincelada de «Almah», su nuevo disco, un trabajo más denso y profundo que anteriores álbumes, mucho más coloristas.




No supuso la sorpresa que me llevé en el 2011, cuando Avishai Cohen sorprendió en el festival Imaxinasons de Vigo con su talento y energía presentando el álbum Seven Seas, pero el contrabajista israelí sigue llenando la escena con su particular visión de enfrentarse a la música, libre de fronteras  estilísticas. Asistir a uno de sus actuaciones en directo es probablemente la mejor manera de disfrutar con su universo musical. A destacar la participación del pianista Nitai Hershkovits y el batería Daniel Dor, una apuesta por dos jóvenes músicos con mucho talento que aportan frescura a la propuesta de Avishai Cohen. Pero antes de nada, quería conocer su opinión sobre la desaparición de Paco de Lucía, con el que intentó investigar la conexión del flamenco y la música serfardí.



Hemos perdido al maestro Paco de Lucía demasiado pronto, ¿no crees? Sé que era un músico al que admirabas mucho.

Por supuesto, es una enorme pérdida y echaremos de menos ese talento, pero su arte queda para siempre y es un legado accesible a quién lo quiera descubrir.

Tuviste contacto con él tratando de buscar lazos entre flamenco y la música sefardí. ¿Hubo conclusiones?

Mi interés en la conexión flamenco sefardí es en parte un tema de familia, algo que viene de atrás, pero todavía no ha surgido la oportunidad de desarrollarlo.

A la hora de componer, qué pesa más en el pentagrama, la historia del jazz o tus raíces sefardíes?

Depende de lo que esté trabajando, cada pieza tiene sus propias dependencias y se desarrollan en función de sus propias necesidades.

Tú eres uno de los nuevos intérpretes de jazz que no ha tenido problema en sobrepasar los límites del género y buscar asociaciones con otras músicas. ?Crees que podemos decir que se han abolido las fronteras musicales en el siglo XXI?

Precisamente el siglo XXI tiende a una música sin etiquetas, pero con rigor y respeto a la tradición. En la música, las etiquetas tienden a desaparecer.

No es raro que, depende en qué punto del planeta estés, el público reacciona de forma distinta ante la música. ¿Cómo acoge el público israelí el jazz?

Básicamente el jazz se entiende por gente, no por nacionalidades, en Israel, como en España, hay gente a la que le interesa y gente a la que no.


«A lo largo de los años me he dado cuenta del valor que los jóvenes le pueden dar a la música»

De tu trío destaca la juventud de sus otros dos integrantes. Sorprende que hayas apostado por un par de músicos tan jóvenes; el pianista Nitai Hershkovits y el batería Daniel Dor. Además de ser unos excelentes músicos con destacable talento individual, ¿qué aportan a tu música?

Aportan una mezcla de juventud y preparación, a lo largo de los años me he dado cuenta del valor que los jóvenes le pueden dar a la música. Podemos ver por ejemplo como Shai Maestro está funcionando muy bien con su proyecto o las cosas que está haciendo Mark Guiliana con Brad Mehldau.

La primera vez que te vi en directo (en el Imaxinasons de Vigo) me sorprendió la puesta en escena del trío: batería y piano muy pendientes de ti, además de hacer sus propias aportaciones al desarrollo del tema, mientras tú tocabas el contrabajo, cantabas, bailabas… ¿Crees que el jazz está escaso de sentido del espectáculo?

La actitud de cada uno es algo muy personal, no sé si es algo de tanta importancia, pero no es algo recurrente en el jazz en el que la atención esta puesta esencialmente en la música.

En tus inicios en Nueva York te tropezaste con músicos e influencias con acento latino, caso de Danilo Pérez (formaste parte de su trío), Chick Corea (con el que completaste su sexteto Origin) o Eddie Palmieri. ¿Podemos decir que gracias a estos músicos se interesó e incorporó el ritmo a su discurso?

Claro, esa etapa en Nueva York fue extraordinaria, me permitió conocer lenguajes nuevos y trabajar con músicos de talla internacional y al tiempo descubrir mis raíces explorando dentro de mi.

Sorprende que un músico de jazz israelí se lance a cantar «Alfonsina y el mar» o «Vámonos pal monte», de Eddie Palmieri. ¿Se trata de un reconocimiento a estos intérpretes y su cultura o realmente siente como suya este tipo de música?

Tanto como propia no, esas piezas tienen sus autores. Pero si me identifico con ellas y las hago propias cuando las interpreto, algunas de estas piezas son clave es mis presentaciones públicas.

Agradecimientos a Fernando Molezún (@FerLuddpor la traducción Publicado en @fugasvoz




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